La profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UDC, Adina Dumitru, recientemente nombrada miembro del Comité Científico de la Agencia Europea de Medio Ambiente, reflexiona en este artículo escrito para la Cátedra Emalcsa-UDC con motivo del Día Mundial de la Educación Ambiental (26 enero), sobre los problemas ambientales de nuestro tiempo y el camino que tenemos que recorrer para mitigar los efectos más dramáticos del cambio climático. Adina Dumitru coordina el proyecto EU 1.5º Lifestyle del Grupo de Investigación en Psicología del Desarrollo y Aprendizaje Escolar (GIPDAE) de la Universidade da Coruña.
Estilos de vida sostenible alineados con el objetivo climático de 1,5º C
Adina Dumitru
Grupo GIPDAE, Facultad de Ciencias de la Educación.
Universidade da Coruña.
adina.dumitru@udc.esEl día 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, y toca reflexionar sobre los problemas ambientales de nuestro tiempo, y el camino que tenemos que recorrer para mitigar los efectos más dramáticos del cambio climático. El último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático nos ha alertado sobre la gran aceleración del cambio en varios sistemas que sostienen la vida en nuestro planeta, por causas principalmente antropogénicas, y las dificultades para evitar algunos de los efectos más desastrosos.
El objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales, establecido en el Acuerdo de París del año 2015, tiene como propósito evitar los efectos más catastróficos del cambio climático. Este límite busca reducir el riesgo de fenómenos extremos como olas de calor, sequías e incendios, tormentas intensas y la subida del nivel del mar, que podrían tener consecuencias devastadoras para los ecosistemas, las economías y las sociedades, especialmente en los países más vulnerables.
Mantener el aumento de la temperatura en 1,5°C, en lugar de 2°C o más, se considera crucial porque la diferencia de 0,5°C podría evitar impactos graves, como la desaparición de los arrecifes de coral, la reducción drástica de la biodiversidad y el deshielo irreversible de glaciares. El objetivo refleja la necesidad urgente de tomar medidas para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, acelerar la transición hacia fuentes de energía renovables y adoptar políticas globales de mitigación y adaptación al cambio climático para preservar el equilibrio del planeta.
En este sentido, el proyecto EU 1.5° Lifestyles, que coordino, desde el Grupo de Investigación en Psicología del Desarrollo y Aprendizaje Escolar (GIPDAE), ha indagado en las vías para fomentar la transformación de estilos de vida acordes con el objetivo climático del Acuerdo de París. Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Facultad de Economía y Empresa, participan en este proyecto junto con otras Universidades y centros de investigación de siete países europeos —Alemania, Hungría, Países Bajos, Suecia, Finlandia, Letonia y España—.
La investigación enfatiza la necesidad de reformas estructurales sistémicas junto con cambios de comportamiento de alto impacto para mitigar el cambio climático de manera efectiva. Una de las principales conclusiones de la investigación es que, a pesar de los ambiciosos cambios tecnológicos, ningún país ni región de la UE podrá reducir la huella de carbono a niveles de 1,5 °C para 2050 sin abordar cambios adicionales en el estilo de vida.Una de las principales conclusiones del proyecto EU 1.5º Lifestyle del Grupo GIPDAE de la UDC que coordino, es que ningún país ni región de la UE podrá reducir la huella de carbono a niveles de 1.5º C para 2050 sin abordar cambios adicionales en el estilo de vida
Opciones de estilo de vida impactantes
No obstante, no todos los cambios en nuestro modo de vida o en nuestros patrones de consumo son iguales. Algunos tienen un alto impacto ambiental, en el sentido de que contribuyen a la generación de muchas emisiones de gases de efecto invernadero, como por ejemplo el uso del coche, mientras que otras, aunque positivas, tienen menos potencial para reducir de forma significativa dichas emisiones. La investigación realizada identifica cambios de estilo de vida de alto impacto en cuatro ámbitos: movilidad, vivienda, nutrición y ocio, de los que destacamos en España:
- En el ámbito de la movilidad: la transición hacia automóviles eléctricos, o cambiar el uso del automóvil por caminar o andar en bicicleta o sustituir el coche por el uso de transporte público, que puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar el bienestar.
- En el ámbito de la vivienda: la sustitución de la calefacción de origen fósil por bombas de calor o sistemas renovables, la mejora del aislamiento, así como la opción de espacios habitables más pequeños y energéticamente eficientes con electrodomésticos compartidos son pasos esenciales.
- En el ámbito de la alimentación: cambiar a una dieta vegana o reducir los productos de origen animal en la dieta tendrían una reducción también significativa.
- En el ámbito del ocio: reducir el vehículo privado por aficiones y ocio disminuiría significativamente las emisiones contaminantes. Por último, la reducción de los viajes aéreos en favor de los trenes ofrece beneficios climáticos sustanciales, especialmente para los viajeros frecuentes.
Viabilidad de los cambios de estilo de vida con alto impacto en Galicia/España
La percepción de los ciudadanos sobre lo factible que es hacer estos cambios varía según el país. Los resultados del proyecto ponen de relieve las diferencias, derivadas de la movilidad y las infraestructuras de vivienda, las tradiciones culturales en materia de alimentación, concienciación e información, así como el papel de las experiencias históricas.
Entre el repertorio de opciones de estilos de vida sostenibles común a todos los países europeos participantes en el proyecto, las opciones más relevantes y consideradas factibles por la ciudadanía en España, y en particular en Galicia, son las que apoyan el ahorro energético y el consumo responsable en tres de las cuatro áreas consideradas: nutrición, vivienda y ocio. Los cambios en el área de movilidad se perciben como menos factibles.
En particular, las cinco opciones consideradas como las más viables de asumir son las siguientes: favorecer el teletrabajo; bajar la temperatura en el hogar; evitar el desperdicio de alimentos; comprar menos ropa y zapatos; y beber agua del grifo en lugar de agua embotellada.
Por otra parte, las opciones más inviables o difíciles de implementar para la sociedad gallega consisten en cambiar a una dieta vegana o renunciar a los metros cuadrados sobrantes en el hogar. La razón fundamental para esta selección reside en las normas y usos sociales y la dificultad de cambiar los hábitos personales más enraizados en la cultura local. Como podemos ver, las opciones que requieren de cambios más drásticos de comportamiento se ven como las menos aceptables.Las cinco opciones de cambio de estilo de vida más viables de asumir por los ciudadanos de España. y en particular en Galicia, son: favorecer el teletrabajo; bajar la temperatura en el hogar; evitar el desperdicio de alimentos; comprar menos ropa y zapatos; y beber agua del grifo en lugar de agua embotellada.
Una de las preguntas importantes es cuales son las condiciones que favorecen los patrones de consumo sostenibles. La accesibilidad, la conveniencia y mayor conocimiento sobre la problemática ambiental influyen en la motivación de adoptar estilos de vida sostenibles. Por ejemplo, facilitar una mayor variedad de alimentos de origen vegetal o tener incentivos económicos y oportunidades de trabajo remoto pueden incrementar el uso del transporte público. Las narrativas culturales que equiparan la riqueza material con el éxito complican aún más el cambio hacia estilos de vida sostenibles. La inequidad social exacerba estos desafíos, limitando el acceso a los recursos necesarios para cambios significativos en el estilo de vida. Por último, la falta de educación y de competencias en materia de sostenibilidad socava la capacidad pública e institucional para actuar con eficacia.
Desafíos emocionales
A través de nuestra investigación, también identificamos una serie de desafíos emocionales que las personas que están tratando de vivir un estilo de vida sostenible enfrentan. Lo hicimos a través de la realización de entrevistas en profundidad con personas muy dedicadas a un estilo de vida sostenible. Para seleccionar a estas personas, buscamos que hayan hecho cambios en, por lo menos, dos áreas de estilo de vida de las cuatro incluidas en el proyecto, y que estos cambios sean de impacto medio o alto desde el punto de vista ambiental.
En primer lugar, a medida que las personas conocen más sobre el impacto ambiental de las opciones de estilo de vida experimentan ecoansiedad, que se ve aumentada por la percepción de inercia social y política, que genera una sensación de malestar.
En segundo lugar, la adopción de opciones sostenibles no está exenta de lucha interna o conflicto, ya que a veces son decisiones difíciles de adoptar, que requieren de un esfuerzo considerable, de nuevo debido a barreras estructurales. Son decisiones difíciles de tomar, que crean conflicto entre los valores y objetivos ambientales de uno, y la necesidad y el placer de participar en las actividades de un grupo social de referencia.
Por último, cambiar a opciones de estilo de vida sostenible podría no ser siempre una opción compartida para nuestras familias y círculos sociales más amplios. La persona que decide adoptar estilos de vida sostenibles puede llegar a experimentar soledad, sentirse marginada o ridiculizada.Estrategias de transformación
Reconociendo los desafíos de promover los esfuerzos climáticos y de sostenibilidad en el entorno político actual, el Proyecto EU 1.5° Lifestyles sugiere cuatro estrategias para superar estos obstáculos e impulsar cambios significativos en el estilo de vida.En primer lugar, exige una búsqueda integradora de la justicia ecosocial. Abordar las desigualdades a través de políticas como la fiscalidad progresiva, el acceso universal a recursos sostenibles y el apoyo a las poblaciones vulnerables garantiza que nadie se quede atrás en la transición hacia estilos de vida de 1,5°.
En segundo lugar, y en relación con el enfoque en la justicia ecosocial, el proyecto destaca la importancia de construir nuevas alianzas entre los actores ambientales y sociales, que involucran al gobierno, la sociedad civil y los sectores empresariales, y que pueden impulsar la acción colectiva y contrarrestar la influencia de los intereses creados.Las narrativas culturales que equiparan la riqueza material con el éxito complican aún más el cambio hacia estilos de vida sostenibles. La inequidad social exacerba estos desafíos, limitando el acceso a los recursos necesarios para cambios significativos en el estilo de vida
En tercer lugar, los hallazgos del proyecto subrayan la necesidad de unas estrategias de educación y comunicación específicas y el refinamiento de las narrativas sociales. A través de la educación, las campañas en los medios de comunicación y las historias inspiradoras, se debe mostrar la alineación de los estilos de vida sostenibles con los valores de comunidad, salud y armonía ambiental. A este respecto, son de interés el uso de estrategias interactivas y de implicación activa de la ciudadanía, como la gamificación que ofrecen oportunidades para mejorar la participación cívica. Las personas destinatarias pueden involucrarse así en la toma de decisiones públicas, aprender sobre políticas y colaborar en la resolución de problemas comunitarios.
Estos enfoques permiten que los participantes se sientan más motivados y conectados, ya que pueden experimentar de manera práctica cómo sus decisiones afectan el bienestar social, económico y ambiental de su comunidad.
En este sentido, hemos llevado a cabo múltiples acciones que han tenido como objetivo la implicación activa de la ciudadanía a través de la reflexión sobre los estilos de vida, que contaron con la participación activa de la comunidad gallega, como foros de discusión con la ciudadanía, talleres de expertos, participación de adultos, jóvenes y niños a través del juego mediante el puzle climático, llevado a los mercados ecológicos del Concello de A Coruña, o la elaboración de la Guía para reducir nuestro impacto climático y fomentar una vida más sana y justa, que está disponible en la página web del proyecto.
Por último, el proyecto muestra la necesidad de redefinir y reorganizar la responsabilidad para permitir su compartición por parte de la ciudadanía, los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y las empresas. El actual ping-pong de la responsabilidad, en el que cada actor desvía la responsabilidad hacia los demás, impide una búsqueda efectiva de futuros sostenibles.
Las narrativas culturales que equiparan la riqueza material con el éxito complican aún más el cambio hacia estilos de vida sostenibles. La inequidad social exacerba estos desafíos, limitando el acceso a los recursos necesarios para cambios significativos en el estilo de vida. Por último, la falta de educación y de competencias en materia de sostenibilidad socava la capacidad pública e institucional para actuar con eficacia.*La Cátedra Emalcsa no se identifica necesariamente con las visiones expuestas por los autores de los artículos que publica. Nuestra intención es ser un medio para la difusión, el diálogo, el debate y el avance en conocimiento.